jueves, 22 de septiembre de 2016

NO MUERE INFIEL QUIEN TIENE PADRINO

El conocido refrán "No muere infiel quién tiene padrino" refleja la creencia popular que por estas latitudes José Hernandez inmortalizara en el "Martín Fierro" con el verso: "Hacete amigo del juez, no le des de que quejarse, que siempre es bueno tener, palenque de ande rascarse." (1) Esta creencia expresa que es provechoso tener vinculaciones con los poderosos ya que algún favor nos han de poder hacer llegado el caso. Naturalmente presupone la tolerancia hacia el amiguismo y no se la considera una práctica corrupta que es deseable erradicar de la sociedad. Asimismo desdeña la meritocracia, esto es la obtención de empleos, ascensos, oportunidades y favores basados en los méritos propios. La Real Academia Española la define como: "Tendencia y práctica de favorecer a los amigos en perjuicio del mejor derecho de terceras personas." (2) Se percibe como una predisposición natural en nuestra sociedad que frente a un trámite engorroso o una necesidad urgente de resolver una situación ante un servicio público, se acuda a los "amigos". A quién conozco en tal o cual oficina a efectos de solucionar el problema, mediante un atajo en los trámites facilitado por el popular "amiguismo", es una pregunta que muchos se formulan sin siquiera pensar es si es correcto hacerlo. Justo es decir que muchos de esos trámites, la más de las veces plagados de burocracia, trabas y demoras basadas más en la ineficiencia  que en los requerimientos de los procedimientos administrativos necesarios para cumplirlo, explican aunque no justifican, esta actitud. Es decir, amiguismo e ineficiencia son dos caras de una misma moneda y se retroalimentan mutuamente. Para muestra basta un botón dice el refrán. Ha tratado, amigo lector, de resolver algún trámite basado en la información que le proporciona la web de la Dirección General Impositiva (DGI)? (3) La verdad yo lo he hecho más de una vez y siempre me ha parecido que está pensada más para contadores o gestores de trámites que para el ciudadano en general, no vaya a ser que se le ocurra solucionar sus trámites por si mismo, sin acudir a un intermediario experto. Porque en verdad el amiguismo y la burocracia siempre llaman a un tercer vicio social que es el clientelismo. La RAE lo define como: "sistema de protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios." (4) Es decir, el burócrata hace favores, pero también necesita asegurarse determinados beneficios de los favorecidos, favores que no siempre son económicos. Estas son desgraciadamente prácticas tan comunes que la mayoría de las veces pasan desapercibidas y constituye lo que los expertos denominan "corrupción gris", es decir un conjunto de prácticas penalizadas, pero tan generalizadas que es más fácil percibir que probar. Amiguismo y clientelismo son formas de corrupción. Nuestra normativa la define como "... el uso indebido del poder público o de la función pública, para obtener un provecho económico para sí o para otro, se haya consumado o no un daño al Estado" (5). 

El Código Penal tipifica las conductas corruptas en las figuras penales de "Concusión", "Cohecho simple" y "Cohecho calificado", "Soborno", "Fraude", "Conjunción del interés personal y del público", "Abuso de funciones en casos no previstos especialmente por la ley", el que goza de escasa simpatía en los ámbitos políticos y por último "Revelación de secretos". Veamos algunas cifras. Según el Poder Judicial, entre 2003 y 2013 se registraron 78 procesamientos por Cohecho Simple y 165 por Cohecho Calificado. (6) Mientras el Cohecho Simple se tipifica cuando "un funcionario público ejecuta un acto de su empleo y por ello recibe, por sí mismo, o por un tercero, para sí mismo o para un tercero, una retribución que no corresponde, o acepta la promesa de recibirla". (6) En el caso del Cohecho Calificado, "la situación es la de un funcionario público que retarda u omite un acto relativo a su cargo, o ejecuta un acto contrario a los deberes del mismo, y por ello recibe por sí mismo o por otro, para sí o para otro, dinero u otro provecho, o acepta la promesa de recibirlo". (6) Es decir, en ambos casos el funcionario público recibe una "coima", pero en el primero por "acelerar" un trámite y en el segundo por "retardarlo" u omitirlo. Estas cifras indican que de los cientos de miles de trámites que se realizan anualmente ante la Administración Pública, durante un período de diez años, en tan solo 243 casos fueros condenados funcionarios públicos por recibir "coimas". Cree usted que estas cifras condicen con la realidad? Yo sinceramente creo que no, eso es lo que queremos decir cuando decimos "corrupción gris".


Por Juan F. Mancebo.


(1) José Hernandez, "La vuelta de Martín Fierro", Cap. 15
(2) RAE, "amiguismo", http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=amiguismo(3) DGI, http://www.dgi.gub.uy/(4) RAE, "clientelismo", http://dle.rae.es/?id=9Spd24B
(5) IMPO, "Ley No. 17.060", https://www.impo.com.uy/bases/leyes/17060-1998/3
(6) PODER JUDICIAL, "Delitos contra la Administración Pública", http://www.poderjudicial.gub.uy/historico-de-noticias/942-peculado-es-el-delito-por-el-que-se-registraron-mas-procesamientos-entre-2003-y-2013.html