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lunes, 24 de septiembre de 2018

SOBORNOS ADMINISTRATIVOS: LA OTRA CARA DE LA BUROCRACIA ENREVESADA

A estas alturas, todos saben que restablecer la confianza en las instituciones está en el centro de la agenda política de los gobiernos de América Latina. Más del 80% de los ciudadanos de la región cree que sus funcionarios electos son corruptos. A medida que la población de la región se vuelve cada vez más urbanizada, más conectada y más de clase media, el nivel de tolerancia hacia los “viejos métodos” de hacer política y negocios va desapareciendo.

Lo que quizá no todo el mundo sepa es que, en medio de este clamor popular, los gobiernos de la región están adoptando medidas concretas. Este año la Cumbre de las Américas asumió el Compromiso de Lima, que consiste en 57 medidas específicas para disminuir la corrupción, fortalecer la gobernanza democrática y consolidar el Estado de Derecho en nuestra región. Al mismo tiempo, los principales actores del sector privado de la región se reunieron en la Tercera Cumbre Empresarial de las Américas y formularon una Acción para el crecimiento con el fin de fortalecer las asociaciones público-privadas en materia de transparencia e integridad.
Sobornos administrativos: la corrupción silenciosa

Si bien los denominados “grandes escándalos de corrupción” ocupan la mayoría de los titulares, la burocracia en el sector público es un problema silencioso pero de grandes implicaciones. Los procedimientos engorrosos crean un espacio discrecional para que algunos funcionarios públicos sin escrúpulos acepten sobornos a cambio de acelerar procesos administrativos rutinarios. Según Transparencia Internacional, casi un tercio de los latinoamericanos que utilizaron algún servicio público básico en 2017 –escuelas, hospitales, documentos de identidad, servicios públicos, policía y tribunales– pagó sobornos administrativos para completar la transacción.

“En 2017, un tercio de los latinoamericanos pagaron un soborno para poder acceder a un servicio público básico como la salud o el documento de identidad”

Los costos de la burocracia son particularmente gravosos en una región que ha sido testigo de una desaceleración económica y actualmente se encuentra sometida a la presión fiscal. La burocracia dificulta los trámites a los propietarios de negocios para registrar sus empresas, obtener permisos de construcción y pagar impuestos. Según el Foro Económico Mundial, junto con la corrupción, la burocracia es el mayor problema para los empresarios cuando se trata de hacer negocios. en este contexto, los sobornos administrativos aparecen como un mal remedio.
Las causas del laberinto burocrático

Los sobornos administrativos para acelerar los procedimientos constituyen un impuesto oculto especialmente dañino para los pobres. Por ejemplo, en México, mientras que en 2010 los hogares con un ingreso promedio gastaban el 14% en sobornos administrativos, la cifra ascendía a un 33% para los hogares con un ingreso mínimo, según Transparencia Mexicana.

Para analizar las causas del laberinto burocrático, el Banco Interamericano de Desarrollo llevó a cabo una encuesta en 18 países de América Latina. Su reciente informe sobre los trámites burocráticos identifica tres grandes causas:

Los trámites burocráticos han proliferado a un ritmo asombroso. Hay un gran número de procedimientos administrativos para los servicios transaccionales: 4.535 en Perú, 3.757 en Chile, 2.708 en México y 2.545 en Colombia. En promedio, un ciudadano típico de América Latina lleva a cabo cinco servicios transaccionales al año y dedica un promedio de 5,4 horas a cada uno. Sin embargo, hay diferencias importantes entre los países, en términos del tiempo promedio destinado a cada procedimiento: 11,3 horas en Bolivia; 8,6 en Perú; 7,4 en Colombia; 6,9 en México y 2,2 en Chile.

Los procedimientos burocráticos son demasiado complejos. La mayoría de los procedimientos requiere más de una interacción con el organismo público responsable. De hecho, la complejidad regulatoria en la región tiene una puntuación de 3,5 en una escala de 0 a 5, en comparación con un 1,9 en los países de la OCDE. Tan solo hay un puñado de procedimientos a los que se puede tener acceso y realizar en línea.

Cumplir con los procedimientos burocráticos es caro. Por ejemplo, a las pequeñas empresas cumplir con las obligaciones tributarias les cuesta el 7,6% de los ingresos de sus ventas. El costo para los ciudadanos es incluso mayor como porcentaje del ingreso. En México los gobiernos estatal y federal llevan a cabo 400 millones de procedimientos administrativos y gastan un promedio de US$9 por trámite, lo que equivale a un total de US$3600 millones. Si estos procedimientos se pudieran llevar adelante en línea, el costo disminuiría en un 95%, lo que ahorraría el equivalente al 25% del presupuesto federal para educación.

¿Cómo salir? Desregulación y digitalización

Con cifras que hablan tan elocuentemente de la relación entre burocracia y corrupción, no es de extrañar que la desregulación y la transformación digital hayan vuelto a la agenda política de la región. Hay tres corrientes de la reforma que son particularmente cruciales: digitalización, simplificación e innovación.

Digitalización: El primer paso para reducir la burocracia estatal es poner fin a los trámites y los procesos manuales. Numerosos países están promoviendo el gobierno electrónico a través de portales de servicios informáticos integrados como México, Chile, Uruguay y, más recientemente, Perú. Con su iniciativa Un Chile sin papeleos, Chile se ha comprometido a ofrecer los procedimientos administrativos a través de telefonía celular para 2025. Desde 2007 Uruguay cuenta con un organismo regulatorio para impulsar la transformación digital y desde este año forma parte de Digital 7, un grupo selecto de países avanzados en materia de gobierno digital.

Simplificación: Digitalizar el sector público no es suficiente; también hay que simplificarlo. A finales de 2016, Perú aprobó un “paquete de simplificación administrativa”. El mismo año, Brasil adoptó una estrategia de gobierno electrónico que afinó en 2018 como parte de una estrategia para digitalizar el país. Argentina creó el Ministerio de Modernización y desde finales de 2017 ha adoptado un ambicioso plan para modernizar la burocracia, que incluye la introducción de la identidad digital, las notificaciones oficiales electrónicas, el principio de silencio administrativo, la plataforma “Mi Argentina” y una ventanilla única para el comercio exterior. Se espera que estas medidas generen ahorros equivalentes al 1% del PIB.

Innovación: Varios países de la región están recurriendo a innovaciones tecnológicas como la minería de datos y la analítica avanzada para rediseñar procedimientos administrativos. En 2013 Ecuador lanzó la iniciativa tramiton.to, que recibió más de 6.000 reclamos ciudadanos y condujo a la simplificación de 44 procedimientos. En Perú, la iniciativa www.dimetutraba.pe del Ministerio de Producción contribuyó a identificar 1.124 barreras burocráticas para las empresas privadas. Numerosas administraciones nacionales y municipales también están creando laboratorios de innovación que utilizan inteligencia abierta y de macrodatos (big data) para mejorar los servicios públicos.

En América Latina el desmantelamiento del laberinto burocrático es una tarea urgente para mejorar la competitividad económica y, lo que es aún más importante, reestablecer la confianza en las instituciones. Los sobornos administrativos pueden ser una forma silenciosa de corrupción, pero paradójicamente es de lo que habla todo el mundo.


fuente: https://blogs.iadb.org/gobernarte/2018/09/24/sobornos-administrativos-la-otra-cara-de-la-burocracia-enrevesada/

jueves, 22 de septiembre de 2016

NO MUERE INFIEL QUIEN TIENE PADRINO

El conocido refrán "No muere infiel quién tiene padrino" refleja la creencia popular que por estas latitudes José Hernandez inmortalizara en el "Martín Fierro" con el verso: "Hacete amigo del juez, no le des de que quejarse, que siempre es bueno tener, palenque de ande rascarse." (1) Esta creencia expresa que es provechoso tener vinculaciones con los poderosos ya que algún favor nos han de poder hacer llegado el caso. Naturalmente presupone la tolerancia hacia el amiguismo y no se la considera una práctica corrupta que es deseable erradicar de la sociedad. Asimismo desdeña la meritocracia, esto es la obtención de empleos, ascensos, oportunidades y favores basados en los méritos propios. La Real Academia Española la define como: "Tendencia y práctica de favorecer a los amigos en perjuicio del mejor derecho de terceras personas." (2) Se percibe como una predisposición natural en nuestra sociedad que frente a un trámite engorroso o una necesidad urgente de resolver una situación ante un servicio público, se acuda a los "amigos". A quién conozco en tal o cual oficina a efectos de solucionar el problema, mediante un atajo en los trámites facilitado por el popular "amiguismo", es una pregunta que muchos se formulan sin siquiera pensar es si es correcto hacerlo. Justo es decir que muchos de esos trámites, la más de las veces plagados de burocracia, trabas y demoras basadas más en la ineficiencia  que en los requerimientos de los procedimientos administrativos necesarios para cumplirlo, explican aunque no justifican, esta actitud. Es decir, amiguismo e ineficiencia son dos caras de una misma moneda y se retroalimentan mutuamente. Para muestra basta un botón dice el refrán. Ha tratado, amigo lector, de resolver algún trámite basado en la información que le proporciona la web de la Dirección General Impositiva (DGI)? (3) La verdad yo lo he hecho más de una vez y siempre me ha parecido que está pensada más para contadores o gestores de trámites que para el ciudadano en general, no vaya a ser que se le ocurra solucionar sus trámites por si mismo, sin acudir a un intermediario experto. Porque en verdad el amiguismo y la burocracia siempre llaman a un tercer vicio social que es el clientelismo. La RAE lo define como: "sistema de protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios." (4) Es decir, el burócrata hace favores, pero también necesita asegurarse determinados beneficios de los favorecidos, favores que no siempre son económicos. Estas son desgraciadamente prácticas tan comunes que la mayoría de las veces pasan desapercibidas y constituye lo que los expertos denominan "corrupción gris", es decir un conjunto de prácticas penalizadas, pero tan generalizadas que es más fácil percibir que probar. Amiguismo y clientelismo son formas de corrupción. Nuestra normativa la define como "... el uso indebido del poder público o de la función pública, para obtener un provecho económico para sí o para otro, se haya consumado o no un daño al Estado" (5). 

El Código Penal tipifica las conductas corruptas en las figuras penales de "Concusión", "Cohecho simple" y "Cohecho calificado", "Soborno", "Fraude", "Conjunción del interés personal y del público", "Abuso de funciones en casos no previstos especialmente por la ley", el que goza de escasa simpatía en los ámbitos políticos y por último "Revelación de secretos". Veamos algunas cifras. Según el Poder Judicial, entre 2003 y 2013 se registraron 78 procesamientos por Cohecho Simple y 165 por Cohecho Calificado. (6) Mientras el Cohecho Simple se tipifica cuando "un funcionario público ejecuta un acto de su empleo y por ello recibe, por sí mismo, o por un tercero, para sí mismo o para un tercero, una retribución que no corresponde, o acepta la promesa de recibirla". (6) En el caso del Cohecho Calificado, "la situación es la de un funcionario público que retarda u omite un acto relativo a su cargo, o ejecuta un acto contrario a los deberes del mismo, y por ello recibe por sí mismo o por otro, para sí o para otro, dinero u otro provecho, o acepta la promesa de recibirlo". (6) Es decir, en ambos casos el funcionario público recibe una "coima", pero en el primero por "acelerar" un trámite y en el segundo por "retardarlo" u omitirlo. Estas cifras indican que de los cientos de miles de trámites que se realizan anualmente ante la Administración Pública, durante un período de diez años, en tan solo 243 casos fueros condenados funcionarios públicos por recibir "coimas". Cree usted que estas cifras condicen con la realidad? Yo sinceramente creo que no, eso es lo que queremos decir cuando decimos "corrupción gris".


Por Juan F. Mancebo.


(1) José Hernandez, "La vuelta de Martín Fierro", Cap. 15
(2) RAE, "amiguismo", http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=amiguismo(3) DGI, http://www.dgi.gub.uy/(4) RAE, "clientelismo", http://dle.rae.es/?id=9Spd24B
(5) IMPO, "Ley No. 17.060", https://www.impo.com.uy/bases/leyes/17060-1998/3
(6) PODER JUDICIAL, "Delitos contra la Administración Pública", http://www.poderjudicial.gub.uy/historico-de-noticias/942-peculado-es-el-delito-por-el-que-se-registraron-mas-procesamientos-entre-2003-y-2013.html